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en las blancas praderas

un gran strip-tease

Sylvia Plath se calentaba las manos con la taza de té.

Hacía frío en aquel tiempo. A los niños
los llevaba la nanny de paseo
mientras ella se acercaba a la ventana
con la taza de té en las manos heladas.

Destellos de sol
en agua negra.

“Buscó siempre un hombre por el que sufrir.
Aborrecía los trucos femeninos y aún así,
en ocasiones, los usaba”, recuerdo haber leído,
y comprendido. "Habló de la muerte como de un gran
strip-tease"

Sé que se calentaba las manos con la taza de té, como yo.

Y que metió la cabeza en el horno a los 30 años.

Me avergüenzan los diarios íntimos. Detesto
que otros los lean. Tanto espacio
y cualquiera puede entrar, colgar el abrigo,
dejar el paraguas, las botas, encender un cigarro,
ser dueño y señor.
Cualquiera, no sólo yo.

1 comentario

setesoles -

¿intimo?, si la intimidad a mi me intimida. Quizá las no-verdades de los blogs al mezclarse con las si-verdades, hagan de nuestras vidas reales una media-verdad. Diferenciarlas... para qué???