un gran strip-tease
Sylvia Plath se calentaba las manos con la taza de té.
Hacía frío en aquel tiempo. A los niños
los llevaba la nanny de paseo
mientras ella se acercaba a la ventana
con la taza de té en las manos heladas.
Destellos de sol
en agua negra.
Buscó siempre un hombre por el que sufrir.
Aborrecía los trucos femeninos y aún así,
en ocasiones, los usaba, recuerdo haber leído,
y comprendido. "Habló de la muerte como de un gran
strip-tease"
Sé que se calentaba las manos con la taza de té, como yo.
Y que metió la cabeza en el horno a los 30 años.
Me avergüenzan los diarios íntimos. Detesto
que otros los lean. Tanto espacio
y cualquiera puede entrar, colgar el abrigo,
dejar el paraguas, las botas, encender un cigarro,
ser dueño y señor.
Cualquiera, no sólo yo.
Hacía frío en aquel tiempo. A los niños
los llevaba la nanny de paseo
mientras ella se acercaba a la ventana
con la taza de té en las manos heladas.
Destellos de sol
en agua negra.
Buscó siempre un hombre por el que sufrir.
Aborrecía los trucos femeninos y aún así,
en ocasiones, los usaba, recuerdo haber leído,
y comprendido. "Habló de la muerte como de un gran
strip-tease"
Sé que se calentaba las manos con la taza de té, como yo.
Y que metió la cabeza en el horno a los 30 años.
Me avergüenzan los diarios íntimos. Detesto
que otros los lean. Tanto espacio
y cualquiera puede entrar, colgar el abrigo,
dejar el paraguas, las botas, encender un cigarro,
ser dueño y señor.
Cualquiera, no sólo yo.
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setesoles -