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en las blancas praderas

un levinski un verano de nubes

sombras ii

un tal hombre parecía conocerme y me dijo hasta nunca
con esa dulzura

al lado de los objetos está su sombra recortada
pozos
al lado mío mi sombra
mi mano contra el cielo nublado
como tomando una brizna de aire

y su sombra

un puñado de arena uno de aquellos atardeceres
cuando nos bañábamos desnudos en las olas
y todo era piel y aire

sombras

mermelada de naranja

mermelada de naranja anoche vino a mí uno de mis primeros amores
aterciopelado y susurrante
la noche nos cubría como una ola enorme
y me arremolinaba en torno a él y me metía en su pecho
podría haber sido un sueño erótico
pero la ternura el caramelo de las pestañas
la dulzura de los labios y la mandíbula perfecta
no hacían de él un sueño erótico sino un sueño
de derretimiento tenaz de la piel un paseo cerca del sol
un hundimiento hacia adentro del corazón
.
en realidad se confundía con éste mi amor de ahora
que dormía a mi lado como una marea de suavidad como un calor de piedra o un lago ardiente en la noche
pero también se confundía con Denzel Washington y ese brillo
de los ojos oscuros y adorables de la profundidad esa dureza caliente
.
al despertarme necesité mermelada de naranja sobre pan de centeno
no pude evitarlo y toda mi piel se estremeció
al recordar mi sueño

todo en silencio

todo en silencio
mientras se desmorona el castillo
las torres las habitaciones
el cielo y las montañas
menos el grito repetido

un pliegue del silencio
en el silencio

todo
absorvido como viento helado por la grieta

el castillo derrumbado

los ángeles
nunca tuvieron miedo al dolor
antes de ser absorbidos
como flanes o gelatina
como dibujos animados
como relojes de arena
retorcidos
estirados

me imagino que él
el niño que mátaron el sábado en el parque
se metía un flan de un bocado en la boca
y luego reía como un surtidor
se le escapaba el flan o la gelatina
por la boca
nos regaba de flan o gelatina

todo silencio valle río
bosque campanillas y dientes de león en añicos

una fuente pequeña y roja
de silencio
en el parque

autoanálisis

creo que ya, por fin
empiezo a ser una dama

recogida la última cosecha
de mis huertitos en las vías del tren,
- tomates, moras, fresas, cosas pequeñas -
noto alas de insectos vibradores
en los mechones de mi pelo

durante años me dejé ir en trineos
me hacía charco en un instante
me elevaba al cielo
era cansada tanta danza moderna

creo que soy una dama ahora
mis semejantes me llenan de hastío y amor
su ingenio y pasión y mi pereza
o arrogancia
me admira su fuerza
echan vaho por la nariz
me asustan

no estoy segura pero
cuando paso frente al espejo
bajo los candelabros
saco la lengua sin detenerme

me saludo
dama style

en el paseo marítimo

llueve tibio y pesado
el cielo de junio
sus pestañas llenas

viene hacia mí corriendo y cae

llueve lento y redondo
la tarde refleja
su piel luminosa el júbilo
de la lluvia el semáforo rojo

viene hacia mí corriendo y cae

tiene un caracol en un tarro
cristal lleno de espuma
retorcido

viene hacia mí corriendo y cae

la tarde redonda

sus pestañas llenas

Sombras I

Sombras I .

la sombra de las pequeñas prostitutas filipinas
que ríen entre sí mientras se empujan
la sombra del turista de Madrid
que elige con sonrisa dulce

la sombra de la sonrisa

una sonrisa dulce que huele dulce y caliente
como la carne que más gusta a las gaviotas

sombras de aire negro de gaviotas
que se llevan las sonrisas dulces
y esperan a que maduren al sol
antes de desgarrarlas

.

koshshshser

El judío ortodoxo israelí no me quiso dar la mano porque no podía tocar a una mujer, y esperaba que comprendiera que no era nada personal. Era muy simpático, y muy bajo. Me llegaba por el pecho su gorra negra con raya blanca. Tenía las manos como las de una ardilla cuando da vueltas a su nuez. Me dijo que Cristo era un revolucionario, un hombre muy inteligente, y que los romanos se habían deshecho de él poniendo a los judíos como culpables. Que una ley judía es enterrar a los muertos aún frescos. Que enterraban en bóvedas. Cristo aún no estaba muerto y dijo adiós troncos que aquí me matan otra vez. Hablaba muy bien porque era argentino.
Dijo muchísimas cosas. No se calló en todo el trayecto. El casino más grande de Israel estaba en Palestina y era de Arafat y facturaba al día la hostia de millones. Que pagaba a los terroristas con ese dinero.
De todos modos, parece una conclusión lógica y una reacción normal que los palestinos luchen para recuperar su tierra, ¿no?
- Claro – me dijo.
Así: claro.

Lo mío es llevar gente de un lado a otro. La gente es así, dice cosas que no entiendo. Cosas chocantes, como que su enemigo tiene poderosas razones para serlo. Eso no lo entiendo, pero me alibia que sea sencillo. Me gusta llevar a gente rara de un sitio a otro. Y en mi tierra no hay judíos, sólo salen en la tele.

El problema de los judíos son los americanos. Esta es una guerra por intereses económicos pero, claro, todas las guerras lo son. No pasará nada. Son habladurías.

Eso me decía mientras mirábamos las vacas paciendo en los prados verdes. Lo dejé en su hotel. Le dije que podíamos tomar una copa o comer algo por ahí, pero me dijo que traía su propia comida kosher en la maleta, y yo me la imaginé toda aplastada y saliéndose de los envases, por el sonido de la palabra, koshshshsher.

No volví a verlo. No me dijo porqué estaba en mi ciudad. Y eso que no calló en todo el trayecto. Me habría gustado conocerlo mejor.

libertad

Los hijos de los feriantes eran muy mentirosos. Siempre estaban contando cosas increíbles, como que tenían un barco, o que conocían a famosos, o que montaban a menudo en avión. Invitaban a tabaco y presumían porque podían montar en las atracciones todas las veces que querían, gratis. Pero sólo montaban cuando nosotros los mirábamos, para presumir. Había tres hermanos que podían estar toda la noche jugando si les daba la gana. Cuando nosotros nos teníamos que ir ellos se quedaban allí para lo que suponíamos era lo mejor de la noche.

silencio

queda prohibido hablar de una o al menos intentar la sinceridad
pues ya se sabe que la única forma de sinceridad es el silencio
y ello nos llevaría a no hablar
es decir que no se puede hablar
para ser sincero